Sí. Celebro la Víspera de Todos los Santos, también conocido como Noche de Brujas, por unos y Samahain, por otros, palabra que en gaélico significa “el final de la cosecha” y que era una fecha especial para los celtas que creían que los espíritus de los muertos regresaban a la tierra.
Mi pasión por el Romanticismo se exaltó al estudiar Filología Hispánica y enamorarme perdidamente de la voz que recitaba 'El Estudiante de Salamanca', 'El Trovador' y a 'Don Álvaro y la fuerza del sino'. En estas obras aparece continuamente la muerte, los lugares nocturnos y tenebrosos, así que acabé liberándome del temor a pasear por cualquier cementerio e incluso me encantó visitar el Monte de las Ánimas, espacio de bellas resonancias becquerianas.
Las ideas revolucionarias de Libertad, el sentido de la vida y del ser humano, y los amores anhelados e inalcanzables calaron entonces muy fuerte en mí y aún hoy, son parte de mi esencia.
Me encanta saber que don Juan Tenorio se representa en estas fechas porque el último acto de la obra tiene lugar en la noche de Todos los Santos y que ser Meiga es sinónimo de bruja o hechicera que sólo quiere enmeigar, es decir, hacer el mal.
En España, lleva celebrándose desde hace muchísimos años el All Hallow’s Eve (Víspera de Todos los Santos), que con el tiempo derivó en Halloween. Vivimos en un país con muchas tradiciones relacionadas con espíritus, siendo las Meigas una de las más famosas.
Algunos dicen que disfrazarse es diabólico porque es un retorno al paganismo pero si te gustan las películas de terror, la noche del sábado fue perfecta para ser un zombi, una heroína romántica o tal vez, una meiga.
¿Lo mejor? No ponerse barreras y dejar la imaginación románticamente libre.
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