LA FALDA DESHILACHADA

Cuando vio cumplido su anhelo gritó como una loca, poseída por un relámpago de emoción contenida y felicidad. Recorrió las estancias con avaricia, como si fueran, de repente a esfumarse frente a sus ojos.

No debía hacerlo, lo sabía perfectamente, ¡no debía hacerlo!, pero sus manos tocaron aquellas paredes para confirmar que lo que estaba viviendo, no era otra vez un sueño.

Pues la vida es la suma de momentos reales e imaginarios y ella sabía que en la realidad paralela de su vida, ya había estado allí. Vestida de época, como una dama rebelde que pretendía escapar de su corsé.

Si cerraba los ojos, los momentos imaginados cobraban vida. Si los abría, estaba el silencio del lugar. Emocionante y amplio, llegando a cada pequeño detalle.
Porque hay detalles que marcan tu existencia, te hacen soñar, te destrozan el alma o te dan esperanzas. Paradoja andante, Luz blanca vestida siempre de negro.
Sube las escaleras y admira... Aquella luz mágica la dejó tan prendada y enamorada que ya no quiso irse de allí.

¿Acaso fue un sueño? Cuando se levanta ve su falda negra, rota y deshilachada... Sonríe.